Señor director:
George Steiner, el crítico literario y pensador que ha muerto hace unos días, tiene esa apertura religiosa, siente nostalgia de Dios, piensa con libertad, defiende al hombre y la cultura occidental: conoce el cristianismo aunque le reprocha su falta de vigor para orientar a las nuevas generaciones. En peores condiciones se encuentran el judaísmo y el islam, contrario a la libertad, a los derechos humanos y a la cultura moderna. Sin embargo, Steiner no acaba de encontrar la práctica real del humanismo cristiano centrado en Jesucristo y en la mediación de la Iglesia. En estos momentos deseo que encuentre satisfacción a su nostalgia del Absoluto: más que un pensamiento estéticamente elevado, que una ética y una cultura, pues es real como Verdad encarnada en Jesucristo, el Hijo de Dios con nosotros que ha muerto en la Cruz para la salvación de todos los hombres, de todas las razas y culturas. La fe y la caridad encarnadas han sido y siguen siendo – a pesar de las incoherencias de sus discípulos -, la base de una sociedad humana que siempre está aprendiendo a convivir. Por ahí se encuentra la terapia más eficaz para la enfermedad diagnosticada por Steiner.
Juan García DNI 7.813.889
