Señor director:


Hace unos días partió a la presencia del Señor nuestra querida madre, Lidia Varas de Picón. Con sus 97 años y con el nombre de "La Reina Madre", como todos la llamábamos. Se fue llena de amor de sus hijos, nietos y bisnietos que tanto la querían. Todas las mañanas, después de desayunar era una costumbre cotidiana que le llevaran su collar y aritos de perlas. Ella se los colocaba y no olvidaba de pintarse los labios. Siempre elegía ropa de colores vivos, porque era muy coqueta y amiga de verse bella desde su dulce despertar. Falleció en su hogar, como ella lo deseaba, tomada de la mano de su rosario y del cariño de su familia. Nuestra madre luchó junto a papá para darnos lo que somos y para que fuéramos personas de bien. El recuerdo de nuestra querida madre será para nosotros una gran bendición. Siempre vivirá en nuestros corazones y su presencia espiritual reinará en nuestros hogares, junto al recuerdo de su querido esposo Douglas Picón. Hasta siempre, mamá querida.