Es muy difícil remar contra corriente. Pero no significa que no se pueda llegar a buen puerto. Cada día que pasa, más se reconocen los derechos de los animales. Más se escribe y se lucha. Sobre todo por aquellas personas que consideran al animal con derechos, a los cuales hay que respetarlos y darles su lugar. Sin embargo, cada día nos asombra como "otros" se las ingenian para maltratar detrás de un rédito económico, a animales, invocando o dando argumentos mentirosos, donde no importa ni se ve el sufrimiento del animal. Se realizan festivales "gauchescos" y otras grandes fiestas, exhibiendo animales muertos, las cuales son condimentadas con "entretenimientos" para adultos y niños, haciendo sufrir a cualquier animal que las "costumbres" así lo indiquen.

No importa si es un gallo, una oveja o un caballo, la tradición y buenas costumbres así lo exigen. Hay tantas formas de diversión que no es necesario recurrir a los animales, con el solo hecho de maltratarlos y verlos sufrir detrás de una diversión insana. Ellos no saben el porqué, sólo sufren. El mal trato no es cultura y menos tradición. Para colmo, se está "educando" a los niños con estos principios, donde la crueldad es bien vista, y asumida como forma de vida.

Suena antipático y seguro que algunos enojos provoca este tipo de llamado a la comprensión para con el mal trato a los animales. Pero pensemos que tenemos que evolucionar y no retroceder o involucionar, Resulta incomprensible y patético ver como hombres montan a una pequeña oveja, mientras ella escapa despavorida, o como una grupo de niños corren a un gallo, no importando el mal que hacen.

Más graves son las domas de caballos (cosa que no existe), pues el caballo es manso por naturaleza, desconociendo por parte de la gente que observa este "heroico" y "valiente gauchito", de cómo el animal fue sometido a aberrantes torturas antes del debut. Estas prácticas o mal trato nos hacen más chiquitos y más merecedores de algún castigo. El único Dios que existe está en los cielos y no en el signo peso. Respetemos a la naturaleza, que ella nos devolverá bienestar y felicidad.