Iglesia de emergencia, en Concepción, década de 1950.


 Soy antiguo vecino de Concepción, de familias de profundas raíces católicas y casi todos miembros de la ex familia parroquial, que casi era considerada "la familia" de la Virgen. Han pasados los años y lo mejor de estas fiestas se ha perdido. Hoy vemos, poco a poco, sin capacidad de reacción y casi en silencio, cómo los gobiernos han deteriorado, desvalorizado con la intención de hacer desaparecer nuestra identidad, incluso hasta el mérito ya no existe, cuando nuestra religiosidad carece de identidad, y nos van desculturizando, para que las nuevas generaciones sean meros obedientes. En este contexto me viene a la memoria recuerdos que me hacen feliz.


Toda la familia parroquial con todos los vecinos del Pueblo Viejo, nos preparábamos para cuando llegara "la Fiesta de la Virgen", hacer que la provincia viviera con fe y alegría esta conmemoración religiosa, social y cultural. Recuerdo con nostalgia la alegría de la novena que empezaba el 29 de noviembre y terminaba el mismo 8 de diciembre, con la solemne procesión, con la imagen de la Virgen rodeada de los angelitos y miles de flores, recorría las calles de Concepción. Nos visitaban los Santos Patronos de las iglesias o templos vecinos cada noche, que con bombas de estruendo y vítores, recibíamos la novena. La Misa siempre se ofrecía en acción de gracias, por los difuntos, que por los altoparlantes se transmitía. 


La fiesta, que como centro era venerar a la Virgen, también se extendía a la plaza Juan Jufré, a los templos vecinos y a los paseos que realizaba la Virgen para visitar a todos los vecinos y fieles, católicos y no católicos de todo Concepción, reciba con alegría, respeto y recogimiento cristiano.


Eran cientos de niños que recibían su primera comunión, que orgullosos lucían sus trajes. Muchos fotógrafos, padres, abuelos, padrinos y fieles, a templo lleno en la novena. Terminaba la novena y comenzaban las kermeses en la plaza, ofreciendo de todo: comidas, regalos, juegos, etc. Todo a cargo de la familia parroquial, señoras de la AMAC, jóvenes, hombres, que hacían lo imposible para recaudar fondos para continuar con la obra del templo, que hoy vemos casi terminada. No sé qué paso, la fiesta de la Virgen llega y pasa y no nos damos cuenta. Las casas ya no se decoran y embellecen para cuando la Virgen pasara y nos dejara su bendición. El 8 de diciembre era feriado porque toda una provincia festejaba, en el Pueblo Viejo, "La Fiesta de la Virgen".


Por Leopoldo Mazuelos Corts
DNI 5.543.908