Señor director: 


Fue el 29 de mayo de 1892, en un pintoresco pueblo de la Suiza italiana, rodeado de bellas montañas, donde vio la luz la genial poetisa Alfonsina Storni. Prontamente, por motivos labores y familiares, Alfonsina llegará a su tierra definitiva, la Argentina. Siendo una niña ya la vemos en nuestro querido San Juan, tierra que ella siempre recordará y evocará en sus escritos y memorias. Es aquí donde aprendió sus primeras letras, en la Escuela Normal. Se dice que fue una pequeña que participó en diferentes actos escolares y recitaba con pasión algunos poemas. De estos primeros años de su vida en San Juan, Alfonsina, decía más tarde: "estoy en San Juan, tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como, leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causó un transeúnte...". Se sabe que su casa estaba sobre calle 25 de Mayo, en el departamento de Concepción, quizá en la actual esquina de esta arteria y calle Mendoza. Así también hay referencias que por el fondo de su hogar corría un caudaloso canal. Pero, por esas cosas adversas del destino, Alfonsina y su familia tuvieron que abandonar su querido terruño sanjuanino y marcharse a otros lugares. Fue en 1901 cuando la familia Storni se instaló en Rosario y tuvo que soportar tiempos de pobreza. Ya, con doce años, su pluma produjo algunos versos, simultáneamente con su deseo de ser actriz. Sin embargo, estas aspiraciones no prosperaron y luego de concluir sus estudios como maestra rural, se trasladó a Buenos Aires. Dicen sus biógrafos que su primera poesía fue "La inquietud del rosal" y que lo escribió para "no morir". De esta manera comenzó su producción literaria que logró hacer estremecer el alma, no sólo del público, sino también, de los grandes de la época.


Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia