Señor director:


Dirán lo que quieran los sociólogos, los psicólogos y los empresarios, pero antes había hogares con alma. Quizá si se cambiaran los papeles pudiera servir también, él más tiempo en casa, ella más tiempo en el trabajo. Puede ser, aunque es más difícil. Pero lo que es indiscutible, creo, es que ahora faltan ambos con bastante frecuencia. Y luego piensan que eso se arregla con caprichos del fin de semana. Eso es mal criar. Estando en casa se puede exigir, regañar, y sobre todo amar. Cuando el cariño de padres y, sobre todo de madres, se deja para el fin de semana, hay un desorden. A Dios gracias, hoy por hoy todavía existen modelos. En las familias numerosas hay una predilección por la presencia. No es siempre fácil. La presencia de la madre amable, sonriente y exigente cambia mucho las cosas. O el padre, pero la experiencia dice que le cuesta un poco más, por pura psicología.


 
Jesús Dominguez   DNI: 7146596