En relación a la muerte de los 34 cóndores, un puma y otros animales menores, que se produjo en la zona de alta montaña, en el Sur de Mendoza, deseo referirme al informe del laboratorio del Cuerpo Médico Forense de la ciudad de Buenos Aires. Allí se analizaron las primeras muestras tomadas de los animales muertos. Según el fiscal, Javier Giaroli, que interviene en la causa, se determinó la presencia de rastros de Carbofurano en las muestras.

 

El Carbofurano es usado para el control de plagas de insectos en una abundante variedad de cultivos, que incluyen maíz y soja. Es un biocida / insecticida sistémico. Esto significa que la planta lo absorbe mediante las raíces, y desde allí la planta lo distribuye al resto de sus órganos (principalmente vasos, tallos y hojas; no así sus frutos), donde se alcanzan las mayores concentraciones del insecticida. Carbofurano también tiene una actividad de contacto contra las plagas. El Carbofurano es también altamente tóxico para las aves. En su forma granular, un sólo grano puede matar un ave. Las aves suelen comer los granos de los numerosos plaguicidas, confundiéndolos con las semillas y luego mueren al poco tiempo.

El Carbofurano está prohibido en Canadá y la Unión Europea. Se prohibió su uso debido a que era utilizado como un veneno para eliminar fauna nativa o silvestre. Además el Carbofurano tiene una de las más altas toxicidades agudas para los seres humanos.

Creo que con esta explicación está más clara la presumible intencionalidad que tuvieron los puesteros de atentar contra la fauna autóctona en forma deliberada, y que no fue un simple accidente lo que llevó a semejante situación.