Señor director:

El hombre enfermo debe ser considerado como una totalidad sicofísica, en relación al mundo externo y con su propia intimidad. Precisamente, la medicina naturista considera la enfermedad desde el ángulo de la totalidad del hombre como persona enferma, y analiza todos los factores que intervienen en ella, ya sea emocionales, espirituales, orgánicos, etc. Los diversos trastornos, la civilización urbana, llena de angustias, frustraciones, prisa, excesiva responsabilidad, escaso sueño, etc., alterando la personalidad e intimidad del ser, ocasiona y condiciona el desarrollo de hipertensión arterial, asma bronquial, hipertiroidismo, úlcera gastroduodenal, colon irritable y hasta colitis ulcerosa; taquicardias, arritmias cardíacas, adelgazamiento y obesidad, glucoma. Muchos trastornos orgánicos están determinados por una depresión previa, que trastorna el organismo a través del sistema nervioso vegetativo, o sea del sistema nervioso involuntario. Así por ejemplo una antigua depresión o una inadaptación o fracaso de la persona, con frecuencia producen alteraciones como dolores de cabeza prolongados, anorexia juvenil (falta de apetito en los jóvenes), estreñimiento con dolores abdominales; opresiones pretorácicas con taquicardia o angina de pecho, etc. Cerca de la mitad o más de los pacientes que acuden a los consultorios médicos, se hallan afectados de trastornos físicos aparecidos como consecuencia de frustraciones y cuadros sicorreactivos. También lo inverso es cierto. Basta recordar la influencia que los procesos orgánicos ejercen en la determinación de cuadros síquicos, como, por ejemplo, las infecciones, traumas y fallos endocrinos, en forma de psicosis, arteriosclerosis cerebral, etc.