
El 8 de diciembre es el Día de la Inmaculada Concepción de María. En esa fecha también se llevan a cabo las primeras comuniones desde tiempos inmemoriales. El Pueblo Viejo de Concepción se viste de fiesta con honras a la Inmaculada Virgen María. Son días distintos. La "previa”, o sea la novena, hace que los fieles esos nueve días, lleguen al Santuario para que el 8 de diciembre, una multitud acompañe la imagen de la Virgen a recorrer las calles de esta localidad capitalina. Tiempo atrás, para ser más exactos, más de medio siglo, como ahora también, los niños que hacen su primera comunión tienen un lugar de privilegio y son parte de los festejos, con variantes y modalidades, según pasan los años. Un cambio se ha notado en las vestimentas que lucen el día 8 de diciembre, las niñas sobre todo, en aquellas épocas lucían ostentosos trajes de finas telas, bordados y brillantes, que se transformaban casi una puja para ver quien se destacaba más y cuál era el mejor, ocasionando marcadas diferencias de nivel económico con niñas de bajos recursos. Al igual que los varones, pero la diferencia era que el traje infantil era menos notable. Siempre un traje de pantalones cortos con un brazalete, bordado, seguramente por la abuela, haciendo juego con la corbata y portando un misal de tapas de nácar y rosario.

Tanto la niña y el niño, de blancos guantes, que daban un toque de pureza total. También estaban los trajes que como buen embozo vestían de monjitas un 8 de diciembre con 45º de calor; no así los niños, que nunca se vio con sotanas negras de cura. Era muy común que los adultos, sobre todo las señoras, pedían la bendición de los niños que recibían por primera vez la comunión, u hostia consagrada, "porque el dicho popular decía que era un alma pura como un ángel, inocentes que están en gracia de Dios”. Costumbres que se han perdido con el aso del tiempo, no así la devoción a la Virgen que mueve multitudes.
Por Leopoldo Mazuelos Corts DNI 5.543.908
