Señor director:


En su reciente discurso al Cuerpo Diplomático el papa Francisco mostró su preocupación ante la pretensión de ciertos Estados de invadir ámbitos íntimamente relacionados con la dimensión religiosa de las personas con el pretexto de contener la extensión de la pandemia. Las restricciones son lógicas y necesarias en su debida proporción, pero no debe perderse de vista que la dimensión religiosa constituye un aspecto fundamental de la vida humana y de la sociedad que no puede ser cancelado.


Recuerdo, como lo ha subrayado el Papa, el derecho a la libertad de culto no es una consecuencia del derecho de reunión, sino que está íntimamente ligado a la libertad religiosa, el primer y fundamental derecho humano. Como dice Francisco con gran realismo, "un buen cuidado del cuerpo nunca puede prescindir del cuidado del alma''. Tengámoslo y le presente durante estos días durante su peligroso viaje.