Señor director:


Me preocupa seriamente de que a pesar de la abundante información sobre lo peligroso y pernicioso que resulta la quema de basura y matorrales en las zonas rurales, en inmediaciones de viviendas o de otras construcciones, se siga con esta práctica, como si fuera la única forma de hacer limpieza. El fuego es muy difícil de controlar, especialmente los días de viento, y por lo general no se dispone de ningún sistema para combatirlo en cuanto se sale de los ámbitos que se pretenden reducir a cenizas.


Todos los años se hacen miles de recomendaciones, pero evidentemente las tradiciones o costumbres pueden más y en esta época no se deja de quemar todo lo que se quiere limpiar, sin considerar que, además del peligro, se está haciendo un serio daño al medio ambiente. 


La Policía Ecológica se tendría que hacer más presente en estos hechos y actuar no sólo acudiendo cuando alguien denuncia, sino haciendo recorridas por posibles lugares donde se acostumbra a quemar basura. Sorprender en el acto a los responsables de estos hechos, como los que hace unos días quemaron cañaverales a un costado de calle La Plata, entre Caucete y 25 de Mayo, o los que quemaron las canchas del predio polideportivo de la exbodega "El Parque" de la Municipalidad de Caucete, sería muy conveniente para desalentar esta práctica que debe acabar.

Carlos Alberto Torres
DNI 11.027.987