Señor director:
¡Qué frío! es la exclamación que más se dice por estos días. En términos mediáticos podría decirse que son las dos palabras más "viralizadas" en las redes sociales. Lo que sucede es que el manifestar entre quejas estos bajos niveles térmicos, recapacitamos y decidimos aceptar que el invierno ya está entre nosotros. Temperaturas bajo cero y sensaciones térmicas que parecen advertirnos que esta estación será larga. Y, que incluso, suele mostrarnos paisajes tan bellos como diferentes a los que acostumbramos ver en verano. Nos sorprendemos a ver el agua congelada. Es así que me quedé asombrada por algunas fotos que mostraba una página de Facebook llamada "San Juan intenso", en la zona de Las Flores, Iglesia. En ellas se muestra algunas plantas cuya humedad se transformó en hielo.
El invierno y las bajas temperaturas no son malos. Es parte normal de las cuatro estaciones. Lo que pasa es que quizás, nos hemos acostumbrado demasiado al calor y al clima casi templado del invierno en varios años pasados.
Es verdad también que los extremos son malos, es decir, ya sean los fríos extremos como el calor extremo del verano, al cual estamos acostumbrados. Pero en verdad, el hecho de que se acumule nieve en la cordillera es muy beneficioso para tener agua en verano. El líquido vital para la vida que servirá para que todos los seres vivos nos podamos nutrir de ella, así como regar nuestros campos.
En invierno también hay que tomar las precauciones del caso, ya sea en materia de abrigo y alimentación. También la solidaridad con las personas y poblaciones de localidades que sufren estas inclemencias, ya sea en la zonas urbanas como rurales de la provincia.
Es por eso que la llegada del invierno tiene una mezcla de ingredientes que lo hace especial. Es necesario que tomemos las precauciones del caso. Pero es cierto también, que esto nos tiene que llamar a la reflexión, para tomar recaudos antes de que ocurran los hechos.
