Señor director:


A través de este espacio quiero llegar a los intendentes de Capital y Rawson para referirme al tema de los reductores de velocidad que en estos últimos días han originado protestas por parte de los vecinos, oponiéndose a que los construyan porque dicen que están prohibidos y que son peligroso. Opino que si realmente son peligrosos, entonces son los automovilistas los que tienen que reducir la velocidad a la que circulan por algunas calles y de esa forma no será necesario poner estos obstáculos y, lógicamente, no habrá accidentes.


Por algo los municipios construyen lomos de burro. Es porque son más baratos que colocar otros reductores de velocidad y además se los respeta más y, por lo tanto, son más efectivos.


En Capital son varias las arterias que cuentan con lomos de burro y de acuerdo al testimonio de los vecinos dan muy buen resultado.


Yo vivo sobre calle Larraín, que más que calle es una autopista. Desde Abraham Tapia hasta Avenida Rioja no hay cruces de calles. En este tramo habría que construir al menos tres lomos de burro.


Espero que los políticos que tanto prometen antes de hacerse cargo de los municipios cumplan con su tarea de mejorar las condiciones de tránsito y se preocupen por el tema de la seguridad tanto para los automovilistas como para la gente que vive en esos lugares conflictivos.



Leo Leiva   DNI 4.037.013