Señor director:
Hay personas que desconfían de los refranes, yo, gracias a Dios, no soy de esas. Se cuenta que un
cartero que se disponía a llevar la correspondencia a una casa de campo se asustó al oír los ladridos
del perro que cuidaba la finca. Un vecino le animó con estas palabras "¡perro ladrador poco mordedor!" Respuesta del cartero: me gusta ese sabio y oportuno refrán, pero ¿este perro también lo conoce?"
Es muy deseable que quienes obtienen el conocimiento por medio de la mera experiencia unan sus esfuerzos a quienes lo hacen a través de la investigación científica, creando así una valiosa sinergia. Sugiero promover un diálogo de saberes, con interacción de dos lógicas diferentes: la del conocimiento científico y la del saber cotidiano, con el propósito de comprenderse y enriquecerse mutuamente. Como ingeniero agrícola, hijo y nieto de agricultores y que vive el campo, estoy de acuerdo y no me importaría participar.