
La enfermedad de Chagas es una infección crónica y sistémica causada por el parásito Tripanosoma cruzi. Es muy importante vigilar la vía de transmisión no vectorial congénita. En este sentido, la mujer embarazada debe ser estudiada desde el primer mes de gestación, con el fin de llevar un adecuado control y tratamiento. También todo recién nacido de madre positiva debe ser estudiado y controlado para saber si tiene la enfermedad. En el marco del "Día Nacional por una Argentina sin Chagas", que se conmemora el último viernes de agosto, la bioquímica Natalia Heredia, del Sector Serología del Servicio de Laboratorio Central del Hospital Dr. Guillermo Rawson, explica que la transmisión congénita puede ocurrir tanto en la etapa aguda como en la etapa crónica de la infección materna y afectar a embarazos sucesivos y gemelares. La enfermedad de Chagas evoluciona en dos fases: aguda y crónica; cada una de ellas con características clínicas, criterios diagnósticos y terapéuticos diferentes. En el Laboratorio Central del Hospital Rawson, durante el año 2019, se estudiaron 2.970 pacientes de 0 a 19 años, entre ellos 100 resultaron positivos; 6.370 embarazadas, de las cuales 169 dieron positivas y 159 bebés fueron estudiados, pero solo 129 fueron hijos de mamás positivas. Para evitar el alta anticipada sin los datos serológicos de la madre, ni el estudio parasitológico del bebé, el área de Puericultura (Servicio de Neonatología) se encarga de que al bebé se lo estudie de inmediato. El Laboratorio Central del Hospital Rawson trabaja en conjunto con el programa Provincial de Control de Vectores del Ministerio de Salud de San Juan, procesando las muestras tomadas en pacientes bajo tratamiento, escuelas y clubes de deportes, y en estudios poblacionales. La enfermedad de Chagas, aunque generalmente no presenta síntomas, puede provocar complicaciones en el corazón y en el sistema digestivo. El mal de Chagas se puede prevenir, tratar y curar.
