Señor director:

Deseo aclarar que no soy gremialista ni me dedico a la política. Pero, como ciudadana, no estoy dispuesta a la extorsión; ni soportar inocuas invasiones de falsos profetas disfrazados de "maestros''. Quiero caminar por la ciudad de Buenos Aires, que inmorales defenestran, armando carpas y violentando lo que "ellos'' imaginan -les pertenece-.

El mal ejemplo, la ignorancia, la ambición de ser amos del universos los motivan a desequilibrar un gobierno democrático, que en quince meses de haberse hecho cargo de un país devastado por extorsionadores, nos han dado mucho más que la banda de ladrones procesados, apoyados y defendidos por estos "dueños de lugares comunes que no les pertenecen''. No se roba hurtando y hacerse los distraídos, también se hurta apoderándose de los lugares que tienen "dueños''.