Señor director:

El destacado médico español, Miquel Vilardell, en una de sus habituales charlas dijo a su audiencia "que cada día al salir de casa, sonreid y desead buenos días a todo el mundo. Esto, no tan solo puede ser determinante de cómo será vuestro día, sino toda vuestra vida". Esta recomendación hace aprender desde jóvenes a tener buenos modales y ser adaptables y flexibles, aceptando el trajinar de nuestras vidas cuya vejez implica cambios a nivel personal y social. Uno comienza a envejecer cuando no tiene proyectos y cuando pierde la capacidad de sorprenderse. El envejecimiento es una etapa de la vida, que al contrario de lo que muchos piensan, puede ser activa y saludable. Hay elementos de la salud que no podemos controlar y hemos de aceptar las limitaciones físicas que van apareciendo. Sin embargo, para disfrutar de esta etapa de la mejor manera es necesario una actitud predispuesta, capacidad de adaptación a los cambios y una buena red de relaciones sociales. Todos queremos vivir muchos años, y lo queremos hacer con calidad de vida, con autonomía, sintiéndonos bien, alegres y solidarios. Debemos siempre estar prevenidos para evitar problemas graves de recuperación evitando las emociones que van condicionando el envejecimiento y pueden llevarnos a sentimientos de desasosiego o de serenidad, gozo y satisfacción. Seamos conscientes de que todos tenemos la capacidad de vivir como queremos y que tenemos un margen de maniobra para mejorar nuestro bienestar. Tratemos de llegar a la vejez con algunas muletas, con la familia y una buena red de amigos. Serán éstos un buen bastón que acompañarán en este tramo de vida. Un tramo que si lo preparamos bien, puede ser tan excelente e interesantes como la primera juventud.

 

Roberto Olivera Vega
Periodista