De esta manera definía Norberto "Tucho” Méndez, a los que fueran los grandes amores de su vida: Huracán, Racing y la Selección argentina. El gran jugador desplegó su habilidad en el fútbol argentino de los años 40 y 50. Lo traigo al recuerdo, porque en mi opinión fue la figura de mayor predicamento que vistió alguna vez la camiseta de un club sanjuanino.

Efectivamente, en 1959 lo contrató Atlético de la Juventud (después, fusionado, conformó Alianza), "decano” de nuestro fútbol, y acaso por recursos económicos, la única institución capaz de hacer un esfuerzo de ese tamaño. Fue una revolución para el fútbol lugareño, o "chacarero”, como se le llamaba entonces a los equipos del interior. Yo lo vi jugar para Atlético en la cancha de Del Bono y esa tarde el lleno era total. No recuerdo el resultado del partido, pero sí que a una pregunta de un periodista radial, declaró haber quedado impactado por el juego de Villalba, Peña y Muñoz, que eran nuestras figuras.
Méndez había nacido en el límite entre Pompeya y Parque Patricios y fue "quemero” de ley. Debutó con 18 años (1941) en la primera de Huracán y formó dupla con Herminio Masantonio, que era su ídolo de chico. Jugaba "de ocho”, o "entreala”. Pero a su condición de ser un "gambetero” imparable, le agregó una justeza en el remate, que lo convirtió en goleador. Muy pronto, don Guillermo Stábile, por entonces el eterno director técnico de la Selección argentina, le echó el ojo y lo incorporó al equipo nacional que obtuvo el Campeonato Sudamericano, hoy Copa América, en 1945, 46 y 47. Compartió ataque con Reinaldo Martíno y René Pontoni, que brillaban en San Lorenzo. Y de ese equipo, plagado de estrellas, Méndez fue el goleador. Metió 17 goles, nada menos, lo que ha valido ser hasta aún hoy el máximo goleador de esos campeonatos, junto al brasileño Zizinho.
Racing se obsesionó con él y bajo las órdenes de Stábile armó un verdadero "dream team” que ganó consecutivamente los campeonatos de 1949, 1950 y 1951. Racing contrató a cinco jugadores de Huracán y su ataque, que perduró en la memoria de los racinguistas por años, fue conformado por Salvini, Méndez, Bravo, Simes y Sued.
Después de un breve paso por Tigre, volvió a Huracán y se retiró en el campeonato de 1958, haciéndole su último gol a San Lorenzo. Esta es la historia, resumida, que pude consultar, es decir no hay mención a su último paso por Atlético de la Juventud. Pero eso es lo de menos. "Tucho” Méndez jugó aquí y de un grupo de reconocidos hinchas de los "llorones”, pude reconstituir como fue que llegó a estos lares. Lo hizo como director técnico, y también fue jugador en 1959. Lo trajo un reconocido hincha y dirigente, Antonio Romero Ruiz, siendo presidente Ranea, y fue compañero del arquero pocitano Názer, de Pelletán, "Lito” Lastra, el "Cabezón” Bustos y el "Gorrión” Pacheco, entre otros.
Un punto fuerte en la rica historia del "decano” fue el "Tucho” Méndez que hizo un gran aporte al fútbol lugareño, que en esos años tallaba alto entre los "chacareros” del interior.
Por Orlando Navarro Periodista