Señor director: 

Cuando somos mayores, sabemos que nos queda menos tiempo por vivir. Por ello, es que hay más intensidad en los sentimientos, más cautela en las acciones y en nuestras apreciaciones. No queremos equivocarnos. La reflexión nos acompaña. Ella nos acerca a la luz. ¡Tanto por meditar! El día a día. Conductas, acciones, emociones.  

Organizaciones. Si, esto también ocupa nuestra preocupación. En este momento, no sólo el panorama nacional. El internacional tampoco debemos descuidar. Las interrelaciones son una realidad. 

Ejemplo, acaba de ganar Macron en Francia. Debe elegir su primer ministro. Si no se equivoca tiene un importante papel a cumplir en la Unión Europea. Desde aquí rogaré por su éxito. El pueblo parisino hoy no es muy creyente, pero aquí tenemos aferrada nuestra fe, y sabemos Dios tiene la sabiduría. 

En estos momentos de tanto individualismo, egoísmo, donde sectores quieren la independencia, sin comprender que la humanidad somos una sola. Que la estamos ultrajando, viendo pueblos a la deriva, inmigrantes que por la guerra perdieron todo, van mendigando. Y seguimos pensando en las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, sin ver las atrocidades de nuestro presente. 

¿Por qué no creamos conciencia de "unidad” y comencemos a mirarnos y ayudarnos unos a otros para mejorar este mundo, que se achicó en distancia, pero se distanció por la deshumanidad? 

¿Por qué no "cultivarlo” en nuestros hogares con nuestros jóvenes, en nuestras escuelas, en nuestra sociedad?