
La experiencia vivida en el Hospital Dr. Guillermo Rawson, con la presentación del octeto porteño "Música para el alma" ratifica lo que desde la columna editorial de este diario se viene planteando desde hace tiempo. La importancia que tiene la música en varios aspectos de la vida infantil y la necesidad de fomentarla en beneficio de la formación y desarrollo integral de niños y adolescentes.
La presencia estos días, en nuestra provincia, de este grupo musical solidario, demuestra cómo la música puede ser utilizada en los centros de salud o internados de la tercera edad con fines terapéuticos llevando alegría a los internos y personas que ocasionalmente llegan hasta esos lugares.
Una muestra de solidaridad a la que, en este caso, se suman integrantes de la Orquesta Sinfónica y las voces del Coro Universitario de la Universidad Nacional de San Juan, las que también se han consustanciado con el objetivo fijado por este grupo al salir en recorrida por el país y, en este caso, por nuestra provincia.
Hacen seis años que este conjunto porteño resolvió dedicarse a llevar paz y ánimo a enfermos terminales, y psiquiátricos, lo que es una actitud muy loable similar a la que ofrecen otras agrupaciones como los conocidos "payamédicos" que ocasionalmente visitan los principales centros de salud en una tarea similar, de llevar algo de alegría para pacientes que tanto la necesitan.
Ejemplos como éstos deberían proliferar en forma más asidua en la provincia, llevando la magia de la música a otros ámbitos como las escuelas, instituciones deportivas, centros recreativos y uniones vecinales.
La educación musical como la enseñanza para ejecutar algún instrumento debería ser pauta obligatoria de todas las instituciones que de una u otra forma trabajan con niños.
Como se ha señalado, está comprobado científicamente que la música tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los niños, por lo que es un recurso que no se puede desaprovechar en la tarea de formación de los infantes, especialmente cuando intentamos fomentar en ellos aquellos valores sociales que tanto nos están haciendo falta.
Por Redacción de DIARIO DE CUYO
