Señor director:


Es mi deseo compartir con los lectores de DIARIO DE CUYO estas palabras que nacen de lo profundo de mi corazón, que lleva el título de "No todas las mañanas sons iguales''.


No todas las mañanas tu ser "despierta'' siendo el mismo.// ¿Por qué? preguntas...// Si los años, las tormentas, enseñaron a ser el capitán avezado,/ saber campear el temporal, y salir de ello airado.// Mantenerte equilibrado, y creer "llegué a ser el dueño de los mares!''.// Es que muy dentro, quizá, de tanto enfrentar, luchar, en un rinconcito muy guardado,/ quedó como en el niño, el temor "al viento'', no superado.// Y como el pequeño, te arrinconas , te acurrucas, pensando "necesito los brazos de mi madre,/ su protección, ternura.// Pues, en este momento...// Temo a la soledad infranqueable,/ al porvenir indescifrable,/ quebrarme, y caer como barco en la tormenta,/ dolido por los rayos de la indiferencia, en la noche negra de la incomprensión e hipocresía maléfica.//


En mi caso,recordé: Mi alma canta y baila con solo ver miradas sinceras,/ que te hablan de cariño, ternura, abrazos y manos muy tomadas.// De un niño, una amiga, un mayor que te recuerda.// Además, con solo contemplar el cielo azul y todo lo que como manto, él guarda,/ el sauce, nido, la brisa, puesta del sol,/ el mar, la montaña, las señales del lucero, la luna cautivante,/ que embruja y atrapa...¡disfruto! ¿Por qué cayeron lágrimas saladas?// Recordarás "todo se cura con el agua salada''.// Comprenderás: "¡ellas curarán las cicatrices que quedaban!// Entenderás// ¡De ahora, mi ser no volverá a doblegarse!.// Despertará lleno de alegría//. ¡Será cuenco para compartir el agua de esperanza!// Pues la vida continúa, será sendero, a veces escarpado,/ pero estás preparado a seguir tu paso, grácil,/ aunque sea más lento, pero siempre dispuesto a tender la mano, admirar,/ sorprenderte y sobre todo,/ agradecer, el caminar con aromas en tu alma, cariño en la mirada,/ y la protección de tu Dios que te acompaña.