Portada del libro "Personajes de San Juan".

"Fue en su Jáchal natal, cuando aún era un niño de pantalones cortos y veía pasar diariamente a don Buenaventura Luna rumbo a sus quehaceres, que nació en Padilla la necesidad de pintar sus cosas, sus personajes y vivencias". Así prologa Nolo de la Fuente el libro "Personajes de San Juan", obra de quien fuera un conocido bandoneonista, Osvaldo Padilla. En el mismo, el autor se propuso memorar vivencias de su infancia, de sus años mozos, y las largas noches del San Juan tanguero de la segunda mitad del siglo XX. Padilla se deshace en agradecimientos a Claudio Velázquez, Julio César Godoy, del Sindicato de Empleados de Comercio de San Juan, a Nolo de la Fuente, Orestes Desgens, Alfredo Carbajal, Guillermo y Ricardo Oyola, Guillermo Meizeng, Daniel Oyola, Carlos León Beltramino, y otros que, dice, "me brindan la posibilidad de ser feliz". Notas dedicadas a su madre, a su padre, a quien llama "El Gran Cacique", hijos y nietos. En la página "Evocando Cosas" menciona especialmente a Hugo de la Fuente, gran cantor de tango sanjuanino. "Recuerdo entre tantos lugares al viejo café 'El mendocino', la polémica de siempre a la hora de pagar el café, que invariablemente se enfriaba y que nunca bebíamos. Acompañados del tartamudeo amable de Alberto Llarena. A veces pienso que en el cielo, debe haber un lugar donde se juntan los músicos, los cantores, los artistas y por ahí andarán discutiendo en profundidad, las mismas tonteras de siempre". Memora las noches rematadas en la Pista "Hermanos Reyes", de Rawson, en Salón "Becerra", de Médano de Oro, "El Rosedal", de calle Urquiza, pista "La Ideal", de Concepción, Cine "Mitre", en Capital, y en tantos otros lugares donde el tango se recreaba. El libro contiene una página especialmente dedicada a Aburnio Verd, y su clásico "allí estaremos", en su programa "Páginas de Oro del Deporte Sanjuanino". Poeta, periodista, deportista, y que escribiera un sentido poema a su compañera de toda la vida "La casa ha quedado vacía"". En sus "recuerdos de mi niñez" hace mención a las vías del ferrocarril y "ve" los dos puentes sobre Avenida 9 de Julio, los carros cargados de uva hacia la bodega Seippel, el "choreo" inocente de los muchachos para luego compartir los racimos con don Pablo, el linyera. Las carretelas de "La herculina", repartiendo soda y naranjada "Sayr". Don Tomás Burgoa, el canillita del barrio, voceando el diario "La acción". El "Loco" Antonio, con su tambor y la propaganda de "Tiendas Tacuarí". El recordado bar "Automático". "Los diez centavos de recortes en la carnicería del barrio, los cinco de azúcar y cinco de yerba más la yapa, que obsequiaba "Don Luis" el almacenero. Es hermoso, como hace Padilla, recolectar estas historias íntimas de cada barriada. Y hay más memorias en esta obra, que iremos desgranando en otras entregas. Nuestro agradecimiento a José Luis Carbajal, quien nos hizo llegar un ejemplar de este libro editado en 1995.


Por Orlando Navarro
Periodista