Señor director:


Desde 2015, la guerra yemení ha causado más de diez mil muertos y millones de desplazados, en una réplica cruel del conflicto, también azuzado por el yihadismo, que está asolando Siria. La comunidad internacional ha mostrado repetidamente su impotencia para hacer frente a la tragedia, entre otras causas por la cantidad de intereses cruzados que existen, no solo a nivel geoestratégico sino también en los aspectos más prácticos, como el terrible tráfico de armas que surte a las partes en conflicto. 


Creo que desde la internacionalidad urge sacar a Yemen del olvido, denunciar y ponerlo en el foco de la opinión pública para que se conozca con detalle y criterio lo que allí está sucediendo. Urge, como se ha vuelto a hacer desde Naciones Unidas, seguir clamando para parar la tragedia y abrir vías de diálogo. Y mientras llega la ansiada solución, urge exigir que al menos se tomen las medidas apropiadas para proteger a los civiles, particularmente a los niños, que también en esta ocasión están siendo utilizados como medios en la barbarie.