Señor director: 


Aunque no es fácil analizar con sosiego el momento que vivimos, desde el comienzo de la pandemia, intelectuales y pensadores intentan aportar algo de la luz sobre la crisis. En una extensa entrevista del 19 de abril pasado, para el diario Le Monde, de Francia, Edgar Morin comenta sobre las incertidumbres provocadas por la crisis "constituyen una oportunidad para comprender que la ciencia no consiste en verdades absolutas, sino que sus teorías son biodegradables a medida que se realizan nuevos descubrimientos''. El coronavirus puede servir como cura de humildad tanto frente a la compulsión del consumo como a los sueños transhumanos, al revelar que "aunque podamos retrasar la muerte por envejecimiento, nunca podremos eliminar los accidentes que pueden acabar con nuestro cuerpo, ni deshacernos de las bacterias y los virus''. Como otros, también Morin admite que la experiencia del confinamiento tal vez contribuya a modificar las actitudes vitales, dando lugar a una existencia más saludable, tanto económica como ecológicamente. Desde un punto de vista existencial, pues, puede llevar "a cuestionar nuestra forma de vida, nuestras necesidades reales, y verdaderas aspiraciones ( ... ) Debería ayudar a abrir nuestras mentes, durante mucho tiempo preocupadas por lo inmediato, lo secundario y lo frívolo, a lo esencial, como el amor y la amistad''. "Esta crisis empujará hacia arriba la categoría de los cuidadores: no pueden seguir estando mal pagados'' (Alain Touraine).


Enrique B. Casals 
DNI 7.012.263