Señor director: 

Al igual que un atleta va aumentando su rendimiento con los hábitos adquiridos en el entrenamiento diario, hasta ser capaz de batir un récord, así ocurre con la persona que quiere adquirir una virtud: necesita ejercitarse. Es que en la sociedad actual no existe crisis de valores, sino pérdida de virtudes. Es necesario dar prioridad a los valores positivos, pero es aún más importante tener la convicción y voluntad de llevarlos a la práctica para generar virtudes. No son los conceptos los que engendran virtudes, porque una transformación hacia un mayor desarrollo, compete a las personas reales.

Educar es, esencialmente, educar en virtudes. Desde Sócrates sabemos que las virtudes no se pueden enseñar; no se transmiten como los conocimientos, por medio de la instrucción, sino que se descubren y contagian como por ósmosis, en ambientes formativos y en encuentros con personas íntegras que son modelos de identificación. Los valores no nos arrastran, sino que nos atraen; se ofrecen a nuestra inteligencia y nuestra libertad, y esperan a que los acojamos de manera activa para proyectar nuestra vida. Los educadores somos acercadores de valores; acercamos a los educandos focos de irradiación de valores.

Jesús Martínez   DNI 71.246.596