Señor director:


Recuerdo cuando asumió Néstor Kirchner. Implementó "planes sociales''. Sentí alivio al pensar, "cuántos hogares recibirán una ayuda muy necesaria para la realidad cruda que había dejado el gobierno de Menem''. Intensificados en el gobierno siguiente, no fue alegría lo que sentí sino preocupación. Avizoré el peligro que vivimos en nuestro presente. Y me lo ratificó con un ejemplo, mi plomero, de apellido Fernández. Hombre trabajador y criterioso. Mis sobrinos en Jáchal reciben $1.200, el mínimo cada uno. Ahí están. Sin hacer nada. Mi otro sobrino en cambio, prefirió irse al Sur a trabajar. ¿Los resultados? El del Sur ya tiene su casa. Los de aquí, siguen esperando cobrar cada mes, el plan. Con esto, quiero significar, no hace falta grandes investigadores de la universidad para analizar la realidad. simplemente aplicar el sentido común, incentivar la capacidad de esfuerzo para mejorar en la vida.


Si el gobierno nacional debe cumplir una función social, también debe cumplir una planificación de Estado, determinando fines y valores a alcanzar. Ellos deben lograr ser ciudadanos dignos, y la dignidad se logra con el esfuerzo y trabajo propio, no con la dádiva. Desarrollar mentes y cuerpos sanos, con educación correcta, destacando que el trabajo dignifica, creando esta conciencia colectiva, como vivieron los pueblos europeos por las guerras. Estaban capacitados y pudieron levantar ciudades con esfuerzo.


Nuestros jóvenes, que fueron encaminados a la vagancia, ¿cómo saldrán de ese círculo vicioso, donde el "no me interesa'' es la expresión? Sin motivación a realizar obras en común.


Las cosechas se pierden sin existir mano de obra. Las fábricas no encuentran mano de obra calificada. Los gremios y sindicatos desvirtúan su finalidad y se convierten en medio de disputas y enfrentamientos e incitan a exigir, pero no enseñan que a un derecho corresponde una obligación. Todo lleva a un caos, donde el sentido de la productividad no existe.


Entendamos: sólo la producción con justicia salva de la indigencia. Producción en todos los órdenes, el hogar, empresa, universidad, etc.


Me informan de ciertos datos: San Juan tiene 13.000 planes. ¿Estarán bien otorgados? No podrían a cambio exigir una contraprestación orientada a la producción o perfeccionamiento personal?