Señor director:

No tengo nada contra la gente que quiere ganarse la vida dignamente o que hace cualquier esfuerzo por arrimar algún dinero a su familia, pero en ocasiones veo que hay un abuso cuando los vendedores ambulantes invaden cualquier sitio. Lamentablemente debo decir que desde hace un tiempo estoy viendo como se ha caído nuevamente en la falta de respeto a la actividad comercial. En varias calles del centro de la ciudad como en lugares claves, como el Centro Cívico, hay vendedores ambulantes o "’manteros” como se los llama en algunos lugares, que ofrecen su mercadería en la vía pública, en ocasiones interrumpiendo el paso de la gente que debe movilizarse de un sitio a otro.

Como dije al principio, no tengo nada con que se quiera vender algo a la gente, lo malo es que se lo hace en cualquier lugar y en una forma que no corresponde y, seguramente, sin pagar ningún impuesto o tasa contributiva como debe hacerlo el comerciante que está instalado como corresponde.