Señor director:
¿La democracia y el estado de derecho, significa hacer lo que cada uno quiere, sin respetar la ley y el derecho de los demás?
El miércoles último en pleno centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un grupo de manifestantes, algunos armados con palos y encapuchados, quemaron cubiertas y cortaron una vez más la avenida 9 de Julio, sin que el gobierno actuara de inmediato para evitar ese delito.
El tener motivos sociales y/o económicos para protestar o reclamar soluciones, no justifica atentar contra la misma libertad que están usufructuando, sin importarle nada de los demás que no podían pasar por el lugar. Esta gente amenazó con palos al que intentó seguir su camino. ¿Quiénes se creen que son?
La protesta social, violando la ley y el derecho de los demás, a circular libremente, es delito. Estos militantes son grupos liderados por agrupaciones extremistas como "Quebracho", y la "Tupac Amaru" (de Milagro Sala), tal como se observaba en los carteles que llevaban. Para sus propósitos usaban a personas de zonas marginales y/o fanatizados hasta el extremo enfermizo. Usaban incluso mujeres con bebés, para ponerlos como escudos humanos y de esa forma evitar ser desalojados por las fuerzas del orden. Fuerzas que sólo parecían mirar y nada más. Esos son los momentos en que uno se pregunta: ¿Hay gobierno?, considerando que hay un protocolo antipiquetes.
¿Reprimir es mala palabra? en absoluto. Cuando se reprime para defender la ley y el derecho, que no es de unos pocos. Las autoridades tienen la obligación de reprimir a los que se niegan a convivir civilizadamente, y que quieren reclamar pasando por encima de los demás. Además, provocando a la policía que sólo está en formación, con palos, arrojando piedras y quemando cubiertas.
¿Hasta cuándo los argentinos tendremos que soportar esta manera de interpretar la democracia y la libertad de parte de estos grupos de exaltados?
Cuando finalmente la policía se decidió, en sólo 3 minutos los disolvieron. ¡Felicitaciones, en consecuencia para las fuerzas de seguridad!. Es lo menos que esperamos los ciudadanos que queremos vivir honestamente y en paz, respetando en primer lugar a nuestra Constitución Nacional, garantía para todos de vivir en libertad y democracia.
