Señor director: 


Es cierto que los argentinos estamos politizados. A veces parezco masoquista al sentarme a ver cierto programa donde se hablan temas de la actualidad política. Miro rostros y escucho argumentos tan hipócritas. Todo con la intencionalidad de hacer prevalecer su ideología, más que el sentido común. Tanta discusión giraba sobre cuál es el problema que tenemos los argentinos, y por qué no podemos salir adelante, desde hace años. Algunos argumentaban falta de orden, otros, que muchos se acostumbraron a reclamar derechos, pero no quieren cumplir con los deberes. Otros, que quienes gobiernan se olvidaron de los pobres y así enhebraban palabras, frases como "pobres", "inclusión", "justicia social", "planes sociales". Todas palabras prostituidas por la denominada "clase política". Pero que a la hora de "los bifes", no las aplican o las aplican para sus seguidores. 


Entre esa maraña de estudiosos políticos y periodistas porteños, emergió la voz de una exvedette. La mujer dijo algo que todos sabemos, pero que los políticos tratan de disfrazar: "Basta, seamos sinceros, en este país el problema, la raíz de todos los males, es el amor al dinero. Aquí todo es plata, por eso tanta corrupción y más delincuencia. Tenemos una crisis moral. Y hasta que no arreglemos eso, no vamos a salir adelante".