El personal de salud en la primera línea de batalla contra el Covid-19.

Mientras compartíamos el asado en familia, recuerdo ese domingo de mucho calor, pleno verano, con una sobremesa extendida. De pronto, alguien recordó haber leído sobre un virus originado en un mercado chino que estaba provocando una epidemia en Italia. Era el comienzo de la historia sin fin.

Como un tornado sin aviso y sin siquiera darnos cuenta, las redes estallaron y los humanos globalizados -celular en mano- accedimos a todo tipo de información, viendo con asombro como especies de animales no comestibles se comercializaban en algún mercado al otro lado del planeta o leíamos el triste testimonio de un hijo que vio a su padre cuando se lo llevaban en ambulancia sin saber que ese era su último adiós. No debe haber hecho más noticiable que el de una pandemia, porque comprende a toda la humanidad. Se trata de un virus nuevo, desconocido, que penetra silenciosamente en el cuerpo de algunos y en la mente de la mayoría. Posiblemente, muchos nos hemos despertado pensando si esto es real. Vivir con temor a lo desconocido y sujetos a reglas inciertas, con indicios que la ciencia va proporcionando día a día, tratando de despejar de manera acelerada el camino. Veo a mis padres, que vivieron golpes de estado, terremotos, epidemias, pérdidas de afectos y hoy están resguardados, apreciando cada momento y cada nuevo día.

En medio de tanta incertidumbre y zozobra, los humanos estamos expuestos y mostramos nuestras peores miserias. Pero también aparece la humanidad de tantas personas valientes, que no conocemos y que silenciosamente se comprometen día a día en esta lucha sin cuartel. Mi agradecimiento a todos ellos, de distintas profesiones o actividades y en diversos ámbitos que nos ayudan a transitar nuestra incierta cotidianeidad. En particular, quiero expresar mi reconocimiento a la responsable de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de la provincia, Dra. Mónica Jofré – a quien no conozco personalmente y me merece un sincero respeto por su compromiso frente a esta situación extraordinaria, más allá de la obligación de su cargo y del deber de su profesión. Mucho más allá de la tarea que lleva adelante como funcionaria, poniendo su cara y su nombre en cada comunicado oficial. Valoro su actitud humilde y responsable para transmitir un mensaje claro – no siempre con todas las respuestas – pero sí con el conocimiento de su labor y fundamentalmente, con consideración y sensibilidad por el otro. Mi reconocimiento y gratitud a la Dra. Jofré por su vocación de servicio a la comunidad.

Por Viviana Sansó
Lic. en Ciencias de la Comunicación