Señor director: 


El 31 de enero es una fecha muy significativa para todos los bosconianos. El motivo es que se conmemora el fallecimiento de San Juan Bosco. Este santo y sacerdote italiano, también llamado "Don Bosco", nació en Becchi en 1815 y murió el 31 de enero de 1888 en Turín. Ordenado en 1841, se preocupó por la suerte de los niños pobres, en forma particular por su imposibilidad de acceso a la educación. A partir de 1842 fundó el "Oratorio de San Francisco de Sales". Estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el "Instituto de Hijas de María Auxiliadora".  


La orden salesiana alcanza hoy en día 17.000 centros en 105 países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que, el instituto femenino de "María Auxiliadora" (las "Hermanas Salesianas"), tiene 16.000 centros en 75 países, dedicados a la educación de la juventud pobre.  


Ya en vida de Don Bosco, las instituciones fundadas por él, llegaron a reunir más de cien mil niños pobres bajo su protección. 


Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los cuales cabe destacar "El joven instruido", del que se llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX.  


El propio santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a los nueve años de edad. 
Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.