Señor director:

Con gran satisfacción acabo de leer en su diario que se ha decidido consolidar dos importantes edificios públicos, el 9 de Julio y el 25 de Mayo de la capital, los que en algún momento alguien aconsejó demoler.

A mi avanzadísima edad (90 y medio) he conocido muchos casos aquí y en otros lugares que demuestran que tal consejo dio pésimos resultados pues las nuevas obras nunca llegaron a construirse o se abandonaron por diversos motivos desconocidos. Obras de todos los órdenes.

La consolidación proyectada, técnicamente a mi humilde parecer, bien calculada y bien ejecutada, debe hacerse acompañada de la ampliación de la superficie de los dos cuerpos en trato.

Respetando las anchas veredas peatonales en uso que corren de Este a Oeste la ciudad, están las inútiles "recovas" que convenientemente anexadas a los locales actuales aumentarían la superficie en gran porcentaje para oficinas y otros destinos. Incluso el 25 de Mayo tiene terrazas a la calle Rivadavia que admiten con seguridad una o dos plantas más.

Paralelamente, y como se hace en otros países de ciudades que crecen y son muy pobladas, se podría conectar ambos bloques con puentes por sobre la ancha Avenida de la Roza no sólo peatonales sino también que contengan locales alquilables y/o vendibles: comerciales, turísticos, culturales, sanitarios y más y más, como explica el señor Deiana muy bien ubicado en el problema.

En San Juan hay técnicos de sobra y de gran capacidad en el gobierno y en la actividad privada: arquitectos, ingenieros, constructores y otros, los que pueden solucionar con imaginación y con voluntad tal conexión entre los dos edificios.

Hay materiales modernos y livianos para materializar mi idea, que aseguro que es la de muchos comprovincianos, que resisten peso, sismo, incendio, lluvia, sol, depredadores y que ayudarían a concretar el proyecto.

En otro aspecto hay que pensar en ilustrar a los que llegan a visitarnos cuando pasan todos los límites interprovinciales, con monumentos distintivos de nuestro querido terruño. Premiar a los proyectistas, que los hay por centenares aquí, que usen travertino, hierro, hormigón, rocas que resalten lo sanjuanino, lo nuestro. San Juan debe demostrar capacidad y fama en el país y ser reconocido por sus emprendimientos y la calidad humana de gobernantes y de gobernados.

San Juan no baje los brazos. ¡Adelante!