La naturaleza está regida por leyes. Parte de esa naturaleza es el hombre, quien encuentra la felicidad y la salud en el cumplimiento de esas leyes, y cuando se han apartado de ellas ha sufrido la desdicha y la enfermedad. Entre las leyes naturales que el hombre debe respetar se encuentran las siguientes: respirar aire puro, consumir alimentos naturales, vivir en contacto con el sol, el agua, el aire, tener pensamientos alegres, armónicos y constructivos, vencer los vicios y las bajas pasiones, y sobre todo cumplir con el precepto de Jesús, que es el de amar a Dios sobre todas las cosas y amarnos unos a otros. Y, de ese modo, alcanzar el ideal integral de la naturaleza humana en sus tres aspectos: físico, intelectual y espiritual, o sea, lograr salud, sabiduría y santidad. Lamentablemente, muchos son los hombres que no atienden estas leyes, viven en lugares viciados por el tabaco y otros elementos perjudiciales, en lugar de gozar del aire puro de los campos. Otros se intoxican con alimentos industrializados que van socavando su salud progresivamente, mientras el naturismo nos enseña que la generosas manos del creador nos ha regalado los mejores alimentos, como las variedades y abundantes frutas y verduras, semillas, cereales, leche, miel, huevos. Asimismo, hay quienes pierden la alegría de vivir y la salud, como consecuencia de pensamientos pesimistas, de odios y rencores.


Por Dr Francisco Lázzaro
Médico - MP 1760