Señor director:


Hace varias semanas leí una carta de un lector que se quejaba por la desaparición de un contenedor. El hecho ocurrió en calle Dorrego, adyacente a la plaza San Juan Pablo II, del Barrio Aramburu, en Rivadavia. Todavía no hay respuesta oficial, por lo que me sumo al reclamo. El recipiente era de gran utilidad para el vecindario, incluso para aquellos que llegan de otros vecindarios para arrojar los residuos de una manera más ordenada. Desde entonces la zona es un caos de basurales, pese a los esfuerzos del municipio. De todas maneras, los vecinos de la zona, le pedimos a las autoridades municipales rivadavienses que de forma inmediata coloquen uno o dos contenedores de residuos en ese lugar, debido a que la basura desperdigada en la calle trae como consecuencias la presencia de moscas, roedores y hasta peligro de enfermedades para los vecinos.