Señor director:

El consumo de estupefacientes está más enlazado con un contexto social y cultural que inspira las conductas de la ausencia de valores trascendentales, una cultura consumista, un canje en los estilos de vida y una fantasía de gratificaciones. La extensión de los consumos irá escoltada por un acrecentamiento de problemas.

Existen muestras de cómo estas dificultades se están agrandando en la esfera de la salubridad y los problemas se propagan al medio sanitario. También hay que destacar la dificultad de que, para la unión de la familia, supone la presencia del consumo de drogas. 

La droga, cuanto más se consume, más imperiosamente se necesita. El vendedor engaña al joven incauto con que lo llevará al paraíso.

Pero se calla el precio que deberá pagar; su propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico, que transformará, el paraíso de unos instantes, en un prolongado e insoportable infierno. 

Debemos luchar todos contra la droga. La droga se erradica entre todas las personas que componemos la sociedad. La droga es un camino de ida, sin retorno.