Señor director: 

Con su particular carisma, el Papa jesuita, Francisco, en estos cuatro años de pontificado, ha puesto a las periferias geográficas y existenciales en el centro del corazón de la Iglesia. Lo ha ido consiguiendo con sencillez y, en sus propias palabras, con la sana inconsciencia que le caracteriza, dejándose hacer, fiándose del Espíritu Santo y recordándonos que toda renovación consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a la propia vocación.