El mal estado en que estaba la Casa de Tucumán antes de que Sarmiento la restaurara en su presidencia.


La Casa de Tucumán fue el lugar donde se declaró la Independencia. Con más de doscientos años de pie, esta célebre casa, se emplaza en lo que fue el centro geográfico del antiguo exvirreinato. Había pertenecido a doña Francisca Bazán de Laguna. Tanto los diputados Francisco Narciso Laprida como Fray Justo Santa María de Oro fueron protagonistas principales del Congreso que conocieron y recorrieron la casa. Más adelante en el tiempo, otro sanjuanino pariente y amigo de los diputados sanjuaninos entraría en escena: Domingo Faustino Sarmiento. Fue entonces cuando el tucumano José Posse le manifestaba a su amigo Sarmiento, su preocupación por el estado de la casa histórica. "La casa está en ruina y necesita pronta reparación, no sólo para conservar lo poco que está en pie, sino para destinarla al servicio de las oficinas nacionales''. Sarmiento, como defensor del patrimonio y siendo presidente, "el 6 de septiembre de 1869, por ley nacional N¦ 323, se autorizó al Poder Ejecutivo la adquisición de la propiedad. Pero sólo bajo la presidencia fue sancionada en 1872 la ley de compra, y el 25 de abril de 1874 se firmó en Tucumán la escritura respectiva, pagándose por ella la suma de veinticinco mil pesos fuertes''. A partir del año 1874 la casa fue propiedad del Estado. (Carlos Vigil 1968. Los Monumentos y lugares históricos de la Argentina, Tercera Edición, Editorial Atlántida, 532). Así los hijos ilustres de San Juan, se vincularon con la Casa de la Independencia o el templo de la República. Identificándose con los diputados que nos representaron, ser libres para depender de todos. A la vez Sarmiento, el libertador de los republicanos, contribuyó con su bandera del estudio y su gestión por defender el patrimonio histórico tangible e intangible, y así a salvaguardar la casa histórica para las presentes y futuras generaciones.



Por Iván Hidalgo Durán
Profesor de Geografía