Señor director:

El instinto de reproducción en el hombre tiene la finalidad de multiplicar la especie. Al alcanzar el hombre un perfeccionamiento en el orden espiritual y moral, alcanza a descubrir en el acto sexual una función sublime.

Al decir de San Juan Pablo II, "la sexualidad, mediante la cual el hombre y la mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal''. 

Si por razones de una paternidad responsable, los cónyuges deciden limitar el número de hijos, deberán recurrir a un método natural de regulación de la fertilidad, sin recurrir a medios antinaturales y artificiales, como son el preservativo, los lavajes vaginales, con o sin espermaticidas y el diafragma.

En cuanto al DIU (Dispositivo Intrauterino) o espiral, constituye un factor irritativo y es de acción abortiva, pudiendo acarrear otras malas consecuencias. La píldora anticonceptiva, por su parte, es también perjudicial y no debe ser empleada de ningún modo por ser antinatural, pudiendo en algunos casos ser abortiva.