Señor director:

Monseñor Santana, arzobispo de Maracaibo (Venezuela), explicó, en un acto organizado por la Cátedra de América latina de la Universidad de Comillas, con palabras emocionadas, en primera persona, que el Vaticano ha sido facilitador pero no mediador, en el proceso de normalización que se pretende seguir en este país. Pero ésto no ha sido siempre bien interpretado, por lo que hay que seguir avanzando por el camino del diálogo.

Y aquí hay que destacar una de las notas más sentidas de su intervención: la discrepancia está instalada en el seno del pueblo venezolano. Hasta tal punto, indicó, que si no se camina hacia el encuentro cívico, el riesgo de sangre es real.

Ahora mismo en Venezuela incluso el pobre se aprovecha del pobre, y las distintas tendencias que luchan social y políticamente están enfrentadas. Queda la Iglesia. Y queda, entre otras muchas cosas, para facilitar el encuentro entre venezolanos. La unidad no puede seguir siendo un espejismo.