Señor director: 


Desde hace unos 6 meses mi familia atraviesa por una situación muy complicada. Después de haber contado con un trabajo relativamente bien remunerado, de un día para otro lo perdimos. Es decir, mi marido que tenía el cargo de supervisor de mantenimiento de una mina, se quedó sin esta ocupación y ahora es muy complicado conseguir algo similar. 


De un día para otro, pasamos de ayudar, comprar y pagar, a no saber qué va a pasar mañana y a vivir de la ayuda de la familia porque nuestros actuales ingresos apenas nos ayudan a mantenernos. 


Debido a esta situación estuve trabajando en los ajos por nada, y ahora encontré para cuidar un bebé, lo que me alcanza escasamente para pagar la luz y comprar un poco de comida. 


Las posibilidades que existen de conseguir un trabajo digno son muy pocas y, para colmo, hoy en día todo se circunscribe a mandar curriculum por e-mail. No hay contacto personal con los posibles empleadores y todos contestan lo mismo: estamos analizando su pedido. Pero no se produce ningún llamado. 


Mi marido es un metalúrgico muy honesto y confiable, y si alguien lo necesita le ruego que se comunique al teléfono 4282202. Se llama Gustavo Pereyra y estamos intentando mejorar nuestra mala situación pensando que en el futuro va a mejorar.