Señor director:

Quiero compartir con los lectores esta alegría que me invade. Resulta que mi vecina Bety me dio una noticia fantástica: Lucas iba a recibir la bandera en la Universidad Católica. Tenía mucha emoción. Uno de mis “sobrinos del corazón” se ganaba el honor de ser abanderado en la universidad. Este alumno es en verdad excelente, respetuoso, atento, solidario, tenaz, inteligente y muy creyente.

En estos momentos de tanta incertidumbre en nuestros jóvenes es digno de destacar que gracias a Dios hay muchos de ellos que son emprendedores que luchan por hacer un mundo mejor. Gracias, Lucas, por esta felicidad que nos das a toda la familia que te quiere como a uno más de nosotros. No me quiero olvidar de mis otros sobrinos del corazón: Nico y Lore.