Señor director:


Las imágenes de miles de manifestantes en las calles y la irrupción violenta en la sede del Parlamento de Hong Kong dan cuenta de la gravedad de las tensiones. El gobierno decretó el cierre del Parlamento y condenó la violencia de la oposición. Las condenas son insuficientes para la República Popular China. Pekín no sólo quiere condenas, sino detenciones y mano dura. Los opositores, por su parte, piden la revocación de la ley de extradición, que se frene el control de China, cada vez más presente, y que se reconozca legalmente el derecho al sufragio universal para la elección de sus dirigentes.