Señor director:


Parece que fue ayer, pero no es así, se han cumplido nada más ni nada menos que 15 años del atentado del 11 M (ataque terrorista en la estación de Atocha, en Madrid, España), un golpe que dejó casi 200 víctimas mortales, cientos de heridos y un país fragmentado por una terrible polarización en torno a las causas de lo sucedido y las responsabilidades políticas. El tiempo pasado ha hecho más evidente que la cercanía al sufrimiento a las víctimas, intentado superar cualquier tipo de instrumentalización ideológica, es lo que permite hacer frente al nihilismo destructivo del terrorismo. El yihadismo pretende reducir a la nada el valor de la vida, cuyo valor infinito es instrumentalizado de forma abominable para provocar terror. Por eso es necesario afirmar el valor de esas historias, de la vida concreta, hacer un ejercicio de memoria proyectada al futuro.



Domingo Martínez   DNI 7.124.659