Señor director:

Ya estamos en Semana Santa. Es un tiempo para pensar y meditar. No sólo sobre nuestras vidas personales, sino en la sociedad en que vivimos. Siento la necesidad de que tenemos que arrancar de una buena vez. Creo que podemos salir adelante en la diversidad de opiniones y creencias políticas.

Nos es necesario autoexaminarnos y comenzar una reestructuración personal, sin especulaciones y sin miedo al futuro. Tenemos la obligación de dejarles a nuestros hijos y nietos una mejor provincia y un mejor país. Los cambios en las sociedades comienzan desde uno mismo. 

La Semana Santa debe ser ese disparador para pedirle a Dios que nos ilumine, con el fin de ser mejores personas, para aportar desde nuestro lugar de trabajo y estudio, una mejor comunidad.