Señor director:

El pasado viernes 23 y tras haber anunciado durante décadas el Evangelio de la Vida, entregó su alma a Dios el sacerdote Juan Claudio Sanahuja. En su trabajo empeñoso abrevaron iniciativas que se llevan adelante en el país, para la defensa y promoción de la vida humana y la familia. Fue un luchador de la Fe que nos animó a defenderla con palabras. 

Destacó reiteradamente que "la reingeniería social antinatural que intentan imponer tiene un único escollo: la religión cristiana'' y describió acabadamente las nuevas formas de espiritualidad con que intentan suplantarla. 

Cuando le presentaban las dificultades de este tiempo no dejaba de señalar que el martirio es una gracia, pero rápidamente hacía hincapié en el esfuerzo y la entrega cotidiana, como para que nadie pueda huir del compromiso.

Nunca puso reparos en nuestra tarea, su confianza fue plena. El mensaje fue claro, lo único vedado es arriar las banderas.