Señor director:

El tráfico ilegal de personas y la trata de seres humanos con fines de explotación laboral y sexual son negocios altamente rentables, que se expanden de manera alarmante. Ambos negocios han visto aumentar su rentabilidad gracias al turismo reproductivo que usa vientres de alquiler y al turismo de los trasplantes que trafica con órganos.

La Academia de Ciencias del Vaticano lleva organizados varios Congresos sobre Trata y Tráfico de personas. Un asunto que más allá de las cuestiones de buena o mala praxis sobre los que resuelven los Comités de Bioética.

Afecta a los derechos humanos, y por tanto es también un problema político. Como tal, reclama la aprobación de normas internacionales que persigan la captación, secuestro, y en muchos casos el asesinato de seres humanos para extraerles órganos que después serán vendidos en un mercado no tan clandestino como se supone.