Señor director:

El domingo 2 de julio pasado, Jáchal amaneció triste. Es que en el pueblo conmovió la noticia del fallecimiento de don Amado Poblete, conocido como "Amado Araya, el último trovador cuyano jachallero".

Amado y Pedro Araya, jachalleros de pura cepa "en la década de 1930, 40 y 50". Estos trashumantes trovadores le pusieron música a las noches jachalleras de enamoradas serenatas, de "pata en Quincha" como evocaba "don Amado", así interpretaba don Herrera Varas en sus "estampas jachalleras" a estos juglares.

Charlar con don Amado era un sinfín de vivencias y anécdotas que contaba emocionado. Relataba que no hubo baile, peña, juntada, guitarreada en esas décadas en que los hermanos Araya no hayan participado. Siempre cantaban los dos. Muchas veces eran acompañados por ilustres artistas de fama, como Pedro Ogaz, Juan Yáñez, Mónico Nievas, Enrique Vega, máximos exponentes del canto y la guitarra.

Entre las vivencias de don Amado, contaba que a fines de la década de 1930, don Buenaventura Luna estaba formando la "Tropilla de Huachi Pampa", y su hermano Pedro estuvo seleccionado por don Buena para integrar la Tropilla. Ensayaban días tras días en la casa de don Alfredo y Alberto Hajjar. Buenaventura, después de muchos ensayos, decidió llevar a Remberto Narváez, tanto Pedro como Remberto cantaban muy bien, eran las voces que buscaba Luna, pero decidió por Narváez por este tocaba mejor la guitarra.

Su hija me contaba que el día viernes, dos días antes de su deceso, don Amado escuchó todas las tonadas, cuecas y estilos, que junto a su hermano Pedro habían grabado en forma casera. Era como si estuviera repasando todo el repertorio antes de partir.

El pueblo jachallero los aclamaba. Dejaban su mensaje de amor hecho canciones en cada evento que participaban. Estos juglares que enarbolaban nuestra música cuyana, ya forman parte de nuestro patrimonio cultural jachallero.