Con el convencimiento personal de que más allá de estos períodos estacionales como el de Semana Santa, la actividad turística en San Juan debería constituirse en una política de Estado, me propuse escribir esta opinión. Para poner en contexto el tema, es importante saber que a nivel estadístico, San Juan muestra una involución a nivel de turismo interno, en el marco de una realidad nacional creciente en términos de personas que efectuaron por lo menos un viaje de placer al año, el cual creció del 35% al 49% en el período 2006-2015, San Juan mostró las siguientes ocupaciones anuales:


Año: 2010, Pernoctaciones: 304.542, Evolución: 8,20%. Año: 2015: Pernoctaciones: 211.878, Evolución -15%. Fuentes: Estadísticas de Ministerio de Turismo e Indec


Sabiendo que estamos prácticamente afuera del mapa turístico nacional y entendiendo que dentro de nuestro Producto Bruto geográfico, el turismo representa no más del 2% , es importante analizar la tendencia del turista actual, la que está caracterizada por: * Viajes cortos y reiterados a lo largo del año, con variedad y diversidad en términos de lugares de destino. * Viajes vinculados con actividades y desarrollo de actividades al aire libre y al turismo agro-productivo. * Viajes que buscan excelencia en el requerimiento de servicios turísticos. * Necesidad del viajero de tomar contacto con la cultura, idiosincrasia y gastronomía del lugar de destino. * Viajes a lugares inhóspitos e inexplorados en busca de potenciar el descanso lejos del caos urbano.


Todos estos aspectos y requerimientos del viajero actual, representan para provincias como San Juan una oportunidad única, la cual debe ser aprovechada, para lo cual debemos hacer un


exhaustivo análisis de nuestras fortalezas y debilidades a efectos de potenciar las primeras e intentar salvar las segundas.


En término de fortalezas, entiendo oportuno resaltar: * Una ciudad moderna, planificada, segura y limpia: en estos aspectos y en comparación a las distintas ciudades de nuestro país. * Una sociedad culta y hospitalaria, entre tantas otras virtudes.


La involución en términos turísticos de San Juan, debe revertirse. Es hora que los funcionarios de turno dejen de estar abocados casi con exclusividad a la preparación de una Fiesta Nacional del Sol que cada vez más devaluada, es de consumo netamente local.


Planificar mejor

Sólo con planificación y trabajo se permitirá dejar atrás la desidia y falta de visión de quienes durante décadas nos gobernaron. Los mega proyectos de hoteles abandonados como los del camping de Rivadavia y de Zonda son muestras tangibles e intangibles de una historia y gestión que como sanjuaninos no debemos repetir en materia de turismo.