Señor director:

Recordar aquellas cosas del pasado, historias, momentos, lugares, personas, son parte de nuestra condición humana. ¿Cómo soslayarlo si nos pertenecieron alguna vez aunque ya no estén? Pasando revista a la historia caucetera surge el recuerdo de su "Banda de Música". Así se enciende la mirada de don Wilfredo Albarracín, a sus 91 años, cuando evoca que a los 15 empieza en casa de su padre Agustín, que tocaba el bandoneón y escribía música, lo que sería el grupo más grande e importante de musiqueros del departamento y el basamento luego de la Banda de Música de la Policía de la Provincia.

Don Agustín tenía una orquesta que se llamó "Hormiga Negra" y toda su familia fomentó las inclinaciones musicales. Hacia 1930, la banda comienza a formarse con varios integrantes, en pleno auge fueron más de treinta. Sobreviven a este siglo XXI sólo dos, don Wilfredo que me cuenta la historia y don José Pepe Cabello de actualmente 85 años de edad.

Era intendente un señor de apellido Victoria y gobernador Pedro Valenzuela cuando en la década de 1940. La Primera Diana fue un 25 de Mayo. Trabajaron años ad-honorem hasta que el intendente Grano Cortínez les otorgó un sueldo acotado para sus pequeños gastos.

La plaza Belgrano era el centro de sus retretas con marchas, tangos y folclore y eran convocados a cuanto acto patrio se ofrecía. 

Francisco Flores, diputado por Caucete allá por los últimos años de la década de 1950, época de la presidencia de Arturo Frondizi, gestiona la oficialización de la banda. Esto les valió la convocatoria en nuestra ciudad capital junto a otros músicos de Jáchal a integrar la Banda de la Municipalidad de la Capital.
Don Wilfredo nombra al maestro Salvador Trípodi como quien le enseñó música.

Entre 1943 y 1959 fue la banda de Caucete. Muchos de ellos pasan a la banda de Policía Provincial, siendo su rango el de Oficial Principal Músico. Así llegaron a jubilarse.

El clarinete y el trombón tenor de los primeros tiempos que abrillantaban Pepe y Wilfredo para sus galas, se han llamado a silencio hace años. Pero queda esa memoria que trae el énfasis al contar sus glorias de los bellos años en que fueron los que llevaban alegría y sones de fiesta a cada rincón de su amado Caucete.