Señor director: 


Si existe otra esquina, aparte de la Colorada, que en mi despierta esos deseos casi inevitables de reverberar las cosas simples de la vida, es la de Mariano Moreno y Reconquista. Por cierto, muy querida, muy del patrimonio de mi historia personal y de mi familia. 


Por Reconquista, calle corta que nace en San Miguel y muere en Meglioli, vivían los Nehín. Allí nació mi madre y toda la legendaria familia del libanés de mi abuelo Pedro -no le gustaba que le dijesen "turco''- y mi abuela Angela. Y en esa casa vivió después la familia del más famoso de mis tíos, José Eduardo, aquél que en 1934 vistió la camiseta argentina. 


De modo que era muy a menudo que nos íbamos por allí. Mi tía Berta era más buena que el pan y con mis primos nos queríamos como hermanos. El más chico, "Pitín'' (Osvaldo), era de mi misma edad y por lo tanto con el que tenía más afinidad. Pero el que más simpatía me despertaba, era el "Pepe'', al que le decían "diablo'', y el que mejor jugaba a la pelota. Lo hizo en Del Bono y era hincha nuestro, a pesar de que su familia era de larga y reconocida estirpe "puyutana''. 


Muy cerca pasaban las vías del ferrocarril que, pasando por detrás de Cinzano, llegaba a Punta de Rieles. En sus baldíos linderos se armaban grandes entreveros futboleros, entre las barriadas vecinas de la Mariano Moreno, la Ituzaingó, villa Seminario, Rodríguez Pinto, San Roque y la "Cañonera'', entre otras que seguramente se me "piantan'' de la memoria. Allí descollaba el "diablo'' y no le iba en zaga el "Pitín'', que siempre tuvo inclinación por el fútbol bien jugado. 


En esa esquina estaba el almacén de don Arnobio Avila, uno de esos depósitos irreemplazables de historias, personajes y cultura, en definitiva, que identifican un lugar. En este caso, típico de Rivadavia. Al morir don Arnobio, hace ya una pila de años, quedó a cargo su hijo, Carlitos Avila, que me acabo de enterar falleció el pasado mes de enero. Y eso es lo que ha desatado estos recuerdos. Gran muchacho, alegre, conversador, buen amigo. Hincha furioso de Sportivo y de Boca. 


Con el Ricardo, el "Negro'', el "Pepe'', el "Pedrín'', la "Pola'' y la Yolanda, mis primos que ya han partido, seguramente se habrán juntado para hablar de aquellas cosas queridas que se ovillaron en torno a esa mítica esquina, que hoy he evocado con nostálgica devoción.